martes, 23 de septiembre de 2008

PORTUGAL


Portugal también dice adiós al año con uvas, pero en este caso con pasas; hay que comer 3, una por cada cuarto.

Al igual que en España, los portugueses también elaboran una copiosa cena de Nochevieja donde no faltan el bacalao, el pulpo o las torrijas, así como sus elaboraciones propias como el pão de ló, bolo rei, letría, etc...

Después de ello...nuestros vecinos no paran en toda la noche de bailar, brindar y divertirse que bien conocidos son en el mundo entero por su capacidad de celebración.

FRANCIA


En Nochevieja los Franceses se lanzan a las calles para despedir el año. Ríos de luz y champán corren por los Campos Elíseos, el lugar de concentración por excelencia, dos kilómetros y medio desde el Arco del Triunfo a la plaza de la Concordia. Impresionante es el espectáculo de luces y fuegos artificiales a media noche en torno a la Torre Eiffel.

El menú de ese día está compuesto por foie-grass de pato, pavo asado, buche de Noel (un pastel en forma de leño, recubierto de chocolate y relleno de crema), dulces y champán.

ITALIA


En la Nochevieja italiana, las lentejas sustituyen a las uvas para atraer la buena suerte en el nuevo año.

Otra tradición muy popular y que, dicen, depara buena fortuna es la de regalar lencería roja.

Muy arraigada está también la costumbre de arrojar los trastos viejos por la ventana como símbolo de un pasado finito.

Al igual que el resto de europeos, salen a celebrarlo por todo lo alto hasta que amanece.

ALEMANIA


Los alemanes despiden el año brindando en honor a San Silvestre.

Reciben el año nuevo con castillos de fuegos artificiales que, según la traducuón, ahuyentan a los malos espíritus.

También es costumbre dejar en el plato, algunos restos de la cena hasta después de la medianoche, es un augurio de que se espera una despensa bien llena durante el año siguiente.

¿POR QUÉ 12 UVAS?

La tradición de tomar las doce uvas, las uvas de la suerte, el 31 de diciembre a media noche se remonta a principios de nuestro siglo, sobre el año 1909. Durante ese año, hubo un tremendo excedente en la cosecha de la uva.

Esta costumbre, no se debe a motivos religiosos o culturales, sino más bien a intereses económicos. En la Nochevieja de 1909, los cosecheros, en un esfuerzo desesperado de imaginación, consiguieron deshacerse del excedente de aquella temporada inventando el rito de tomar las uvas de la suerte en la última noche del año.

Dice la gente que comerse las doce uvas mientras van sonando las campanadas de medianoche es una manera de empezar el nuevo año con buena suerte.